¡Ay, amigos! ¿Cuántas veces hemos escuchado que algo “ya fue”? Que si el reggaetón, que si los pantalones acampanados, que si… ¡el Web3! De plano, parece que cada semana algo nuevo se declara obsoleto. Pero yo les digo, ¡calma, calma! Que no cunda el pánico. En mi opinión, declarar al Web3 como difunto es como decir que los tacos al pastor ya no rifan… ¡una locura!

Personalmente pienso que estamos en un momento crucial, como cuando estás esperando el camión y ves que viene uno a lo lejos. Parece que tarda una eternidad, pero sabes que eventualmente llegará. Y cuando llega, ¡ah, qué belleza! Así es el Web3 ahora. Está tomando forma, madurando, y preparándose para echarnos un palomazo de aquellos. ¿Listos para el after? ¡Pues síganme el rollo!

NFTs: ¿De Moda a Funeral? ¡Ni Tanto!

A ver, seamos honestos. Los NFTs tuvieron su momento de gloria, como toda estrella fugaz. Vimos imágenes de monos que costaban más que una casa, y la neta, a muchos nos sacó de onda. Yo creo que se infló la burbuja, y como toda burbuja, ¡pum!, explotó.

Me pasó que un amigo, bien emocionado, me invitó a invertir en un proyecto de NFTs de unos perritos bien simpáticos. La idea parecía buena, pero yo sentía algo raro. Al final no le entré, y unos meses después, ¡adiós proyecto! La verdad es que me salvó la campana.

Pero, ¿eso significa que los NFTs ya no sirven para nada? ¡Para nada! Desde mi punto de vista, el problema no era la tecnología en sí, sino el uso que le estábamos dando. Los NFTs son mucho más que simples imágenes para especular. Piensen en ellos como una forma de autentificar la propiedad digital, como un certificado de autenticidad para el mundo online.

Por ejemplo, un artista puede vender su obra directamente a sus fans, sin intermediarios, y asegurarse de que su trabajo no sea pirateado. Una marca puede crear programas de lealtad basados en NFTs, ofreciendo recompensas exclusivas a sus clientes más fieles. Las posibilidades son infinitas. El chiste es usarlos con cabeza y no solo buscando el “dinero fácil”.

El Metaverso: ¿Un Mundo Virtual Vacío?

Otro que ha recibido carrilla últimamente es el metaverso. Se nos prometió un mundo virtual donde podríamos hacer de todo, desde trabajar hasta ir de compras, y al final… ¿qué tenemos? Un montón de avatares torpes caminando por escenarios vacíos.

Pero a ver, ¿alguien esperaba que el metaverso se convirtiera en “Ready Player One” de la noche a la mañana? Yo creo que no. Construir un mundo virtual lleva tiempo, esfuerzo y mucha, pero mucha creatividad.

Desde mi punto de vista, el problema es que se le dio demasiada importancia al “hardware” (los visores de realidad virtual) y poca al “software” (las experiencias y el contenido). De nada sirve tener la mejor tecnología si no hay nada interesante que hacer con ella.

Pero ojo, que no cunda el pánico. El metaverso sigue vivo y coleando. Empresas como Meta (antes Facebook) están invirtiendo miles de millones de dólares en su desarrollo, y cada vez hay más creadores construyendo experiencias innovadoras. Yo creo que en unos años, el metaverso será una parte importante de nuestras vidas, aunque probablemente no de la forma en que nos lo imaginábamos.

Web3: Más Allá de las Criptomonedas

Si hablamos de Web3, muchos piensan inmediatamente en criptomonedas, blockchains y todo ese rollo técnico. Y sí, todo eso es parte del Web3, pero es mucho más que eso. El Web3 es una visión de un internet más descentralizado, más seguro y más transparente.

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En pocas palabras, se trata de darle el poder a los usuarios. Que sean ellos quienes controlen sus datos, que tengan voz y voto en las decisiones que afectan a la red, y que puedan beneficiarse directamente de su contribución.

Yo creo que el Web3 tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que interactuamos con internet. Desde la forma en que consumimos contenido hasta la forma en que hacemos negocios. Piensen en plataformas de redes sociales donde los usuarios son recompensados por crear contenido de calidad, en mercados online donde los compradores y vendedores interactúan directamente, sin intermediarios, o en sistemas de votación electrónica seguros y transparentes.

¿Por Qué el Web3 Todavía Tiene Futuro?

A pesar de los altibajos, yo estoy convencido de que el Web3 tiene un futuro brillante. ¿Por qué? Porque resuelve problemas reales. En un mundo cada vez más centralizado y controlado, la necesidad de una alternativa descentralizada es cada vez más urgente.

El Web3 ofrece una forma de recuperar el control sobre nuestros datos, de proteger nuestra privacidad y de participar en la economía digital de una manera más justa y equitativa.

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Además, la tecnología Web3 está mejorando constantemente. Cada día hay nuevas herramientas, nuevas plataformas y nuevas soluciones que hacen que sea más fácil y accesible para todos. Ya no necesitas ser un experto en programación para usar aplicaciones Web3.

El Secreto de la Resurrección: ¡La Comunidad!

Pero si tuviera que destacar un factor clave para el resurgimiento del Web3, ese sería la comunidad. Detrás de cada proyecto exitoso de Web3, hay una comunidad fuerte y comprometida.

Son los usuarios, los desarrolladores, los creadores y los inversores quienes impulsan el crecimiento y la adopción del Web3. Son ellos quienes prueban las nuevas tecnologías, quienes dan feedback y quienes construyen el futuro del internet.

Yo creo que la comunidad es el verdadero “secreto” del Web3. Es la pasión, la creatividad y la colaboración de la gente lo que hará que esta visión se haga realidad.

Cómo Nacer de Nuevo en el Web3

Entonces, ¿cómo podemos aprovechar esta nueva ola del Web3? Aquí les dejo algunos consejos:

  • Infórmate: Investiga, lee, pregunta. No te quedes con la primera impresión. Hay un montón de recursos disponibles online para aprender sobre el Web3.
  • Experimenta: Prueba diferentes aplicaciones y plataformas. No tengas miedo de equivocarte. La mejor forma de aprender es haciendo.
  • Únete a la comunidad: Participa en foros, grupos de Telegram, eventos online y offline. Conéctate con otros apasionados del Web3.
  • Sé crítico: No te creas todo lo que te dicen. Analiza la información, evalúa los riesgos y forma tu propia opinión.
  • Sé paciente: El Web3 está en sus primeras etapas. No esperes resultados inmediatos. Roma no se construyó en un día.

El Web3 no está muerto. Simplemente está evolucionando. Está aprendiendo de sus errores y preparándose para un futuro más brillante. ¡Así que no te rindas! Únete a la revolución Web3 y sé parte del cambio. Y si te interesa el mundo de la tecnología, tal vez te gustaría saber sobre la inteligencia artificial en México. ¡Échale un ojo!

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